RENA ACH
PIONEROS DE LA FELINOFILIA CHILENA
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CL 0201
PIF
(PERITONITIS INFECCIOSA FELINA)
Rodrigo Casanueva M.
Medico veterinario
Clínica Veterinaria TOPCAT
La probabilidad de existir gatos positivos para la infección por coronavirus en los criaderos es alta, debido a la cantidad de animales presentes y más aun si tenemos en cuenta que en nuestro medio el control serio de nuestros criaderos es deficiente y el intercambio de animales para cruza es común.
Existen dos coronavirus: FECV (coronavirus entérico felino) y FIPV (virus de la peritonitis infecciosa felina), ambos virus son morfológicamente semejantes e indistinguibles por tests serológicos. La diferencia radica en sus efectos, los cuales en el caso del FECV, transcurre como una enteritis leve en gatitos, a diferencia del FIPV el cual es mortal en el 95% de los casos.
Se sabe que existen diferentes líneas de este virus, desde algunas de poca virulencia a algunas que tiene 100% de mortalidad.
Se ha estimado que en criaderos y lugares como protectoras donde existe gran cantidad de animales, el FECV afectará a un 80% ó 90% de los felinos. En tanto, la incidencia de PIF es baja comparativamente, entre un 5% y un 10%.
Esta enfermedad afecta a gatos entre los 2 meses y 3 años para luego reaparecer el índice de afección a edad avanzada, esto no quiere decir que no pueda infectarse después de los 3 años, pero difícilmente antes de los 2 meses debido a la protección de los anticuerpos maternos.
No se han encontrado diferencias de incidencia según sexo, pero si, según la raza, siendo los birmanos y persas los más afectados.
La forma de contagio es a través de heces, secreción oro faríngeas, lameduras entre gatos y el uso colectivo de bandejas sanitarias y platos.
El virus muta de un simple FECV a FIPV por razones poco conocidas, pero si se sabe que el factor estrés es determinante, celos, época de cruzas, partos, entrada de nuevos gatos al criadero, traslados, enfermedades sistémicas como la leucemia o inmunodeficiencia felina y esto sumado a un aseo deficiente son las cosas que ayudan a que esta enfermedad se presente en nuestro criadero.
Un gato infectado, comienza a excretar el virus por las heces del día 2 al 15 aproximadamente, esto es antes que el gato muestre cualquier signo que nos haga sospechar de su infección, lo que genera una dificultad para evitar un contagio. Luego que esta enfermedad se comienza a manifestar el gato no elimina más el virus, pero puede ser tarde para el resto de nuestros gatos los cuales ya pueden estar contagiados.
La inmunidad juega el papel más importante en el desarrollo de esta enfermedad. Si un gato responde con una inmunidad celular alta y con bajos niveles de anticuerpos, osea una inmunidad humoral baja, él podrá combatir el virus, quedar como un portador asintomático, inclusive podría llegar a eliminarlo completamente, pero quedara susceptible a un nueva infección.
Si hacemos un resumen tenemos claro que el PIF, para manifestarse requiere de un animal contagiado por el virus FECV con la capacidad de mutar a un virus FIPV y que este, entre a circulación sistémica, esto gracias a los macrófagos infectados. En este momento el virus es un patógeno intracelular el cual tendrá como objetivo vía sanguínea llegar a pleura, peritoneo, vísceras toráxicas y abdominales, meninge y tracto uveal (ojo).
La incubación de este virus es variable puede ir de 2 a 7 días ó en algunos casos meses.
El PIF tiene dos maneras de manifestarse y estas dependerán de la respuesta inmunitaria del gato infectado, PIF efusivo o húmedo y PIF no efusivo o seco.
La respuesta inmunitaria es individual, por lo que en una colectividad pueden existir ambas presentaciones, como también que un PIF seco pase a un húmedo o viceversa, esto dependerá de las variaciones de la inmunidad del gato durante el transcurso de la enfermedad.
En cualquiera de la dos presentación, en un inicio la signología es poco clara, describiéndose: anorexia, fiebre sin respuesta a antibióticos, perdida de peso y letárgia. Posteriormente aparecerán los signos que van a definir el tipo de presentación clínica
PIF efusivo: es el más característico y como su nombre lo indica se produce acumulo de exudado no séptico en la cavidad abdominal o pleural, muy característico por su coloración amarillo paja, consistencia viscosa por la alta concentración de proteínas y acumulos de fibrina.
El 75% de los casos se produce distensión abdominal por el exudado presente (figura 1).
Figura 1: extracción de exudado abdominal mediante abdominocentesis.
PIF no efusivo: es de desarrollo lento y se generan granulomas inflamatorios y necrosis, afectando principalmente a órganos abdominales como riñón y nódulos linfáticos mesentéricos entre otros, por lo que la signología dependerá del órgano afectado.
En el PIF se describen otras alteraciones como son parálisis de extremidades posteriores, signos neurológicos como cambio en el comportamiento, tics nerviosos, convulsiones, signos oculares como cambio de coloración (figura 2), neovascularización, hipopion, etc.
Figura 2: Cambio de coloración de retina y exposición del tercer parpado.
Para el diagnostico, no existe ninguna prueba de laboratorio que entregue sensibilidad y especificidad para un resultado concluyente. Por tanto el conjunto entre la sintomatología, la analítica y trastornos serológicos, nos pueden decir si un gato tiene PIF. La confirmación de esta enfermedad generalmente, se realiza post mortem, visualizando las alteraciones producidas (figura 3).
Figura 3: Acumulación de exudado
Como profilaxis, se debe tener en cuenta las características del virus: sobrevive fuera del hospedador alrededor de 24 hrs., pero en ciertas condiciones de temperatura y humedad puede permanecer por 7 semanas, la ventaja es que es sensible a los desinfectantes comunes, por lo que una buena higiene, buena practica en el criadero, sumado a una buena salud mental y física de nuestros gatos, son los mejores aliados para la prevención de esta mortal enfermedad.